martes, 1 de julio de 2014

Random.

Hay cosas que pasan, y cosas que haces que te pasen. Hay cosas que haces que pasen, y cosas que te pasan.

Da igual dónde esté el énfasis, la vida es la suma de ambas.

Contabilizar la vida por cursos escolares. Y hacer crack, cambiar a mitad de curso, empezar otra cosa, ponerte boca abajo en la Tierra, dar la vuelta a las estaciones. Tengo distorsionados temporalmente los recuerdos. Vivir nunca fue tan %$&¬@/*€. Estoy donde he elegido estar. Y tengo que seguir eligiendo. Nunca dolió tanto ser feliz. Electricidad por dentro al pensar en el futuro. Me pone.

Pizza de plátano. Manchar la pared. Proponer un taxi. El alquiler, pagado. Relatorio listo. Caldo de cana. Hay que arreglar la bicicleta. Empacho de fútbol. Me quiero casar con mi portero.

Amo las pinacotecas, y me la traen al pairo los museos de ánforas, vasijas y demás cacharrería arqueológica.

Hay un juego que es de jugar de a dos. Cada uno tiene un dedo sacado en cada mano al principio. Se trata de golpear con tu mano la mano del otro, y el otro se suma el número de dedos con los que le hayas golpeado. Si llega a cinco pierde y tiene que quitar la mano. Si un jugador se queda con una sola mano y tiene en la otra un número par de dedos (o dos o cuatro), puede dividirlos y quedarse con la mitad de dedos en cada mano. Es divertido el juego.

¿Eres poeta? Pues súbete la bragueta.

He intentado imaginarme muchas veces una cuarta dimensión y no lo consigo. Dicen que es el tiempo, y entonces me imagino un cubo (dividido en subcubitos, tipo cubo de Rubik) apareciendo y desapareciendo, poniendo y quitando esa dimensión. Pero si quiero imaginarme una cuarta dimensión métrica, no puedo. Condicionantes biológicos supongo. Y tampoco puedo imaginarme sabores que no sean combinación de los que ya conozco. Ni colores nuevos, pero eso ya sé que es porque lo que se escapa de determinada longitud de onda no lo vemos. Cuando estudié las ondas aluciné con lo de que se podría ver la música si nuestro ojo captara esas longitudes de onda. Pero tampoco puedo imaginar olores. En el fondo estamos bastante limitaditos. Aunque lo que más me gustaría es poder volar. Lo he soñado varias veces y es la p****. Soñar mola mucho, mucho. La vida es siempre más gris. Hasta que la realidad se pone seria y te mete un bombazo que deja en bragas tus sueños. Y eso sirve para soñar más fuerte, y te caes desde más alto al despertar. Pero la idea es caerse desde alto, sí, sí.

Ángel fieramente humano. "Ser -y no ser- eternos, fugitivos. ¡Ángel con grandes alas de cadenas!"

Miénteme.

Tralará.